El profesor Mariano Espinosa participa en un corto premiado por el Festival de Cannes

Alegrías riojanas, cortometraje dirigido por el cineasta César Velasco Broca, cuenta con nuestro docente del área de Moda Mariano Espinosa como artista conceptual. El pasado mes de julio, el Festival de Cannes les concedió el Focus WiP (Work in Progress), un reconocimiento pensado para que los cortos en producción o posproducción más interesantes del panorama actual puedan ser acabados y lanzados a nivel internacional.

Hemos hablado con Mariano y esto es lo que nos ha contado:

- ¿Cómo nace tu participación en Alegrías riojanas?

Se trata de una colaboración más con su director, César Velasco Broca. Nos conocemos desde bachillerato. Antes de entrar en la universidad comenzamos dirigiendo un fanzine de cómic y poesía junto con otro amigo. Ahí empezamos a hacer tándem: él escribiendo y yo dibujando alguna historieta corta. Más adelante, durante la carrera, me pidió que le dibujara el storyboard y el cartel de su primer cortometraje en cine. Era una historia rarísima pero muy divertida de dibujar. Se lo hice en dos tardes con unos dibujos diminutos y sintéticos, pero según él lo narré exactamente como lo tenía en la cabeza y, de hecho, este cortometraje (Kinky Hoodoo Voodoo) es exacto a como lo dibujé.

Después he continuado dibujando storyboards y/o concept art de muchos de sus proyectos, algunos realizados (La costra láctea, Nuestra amiga la luna, Alegrías riojanas) y otros que se quedaron en proyecto (Hey you Mary Lou o los largometrajes Noches transarmónicas e Imperio y Aurora). Además, ilustré su poemario Un piso en propiedad. Así que fue algo natural que se pusiera en contacto conmigo para levantar el proyecto Alegrías riojanas. También dio la casualidad de que me pilló enfrascado en la lectura de La divina comedia de Dante, con lo que (curiosa sincronía) cuando me dijo que su nueva película transcurría en gran parte en un purgatorio medieval, me tiré de cabeza.

Foto del rodaje del film (Fuente: La Rioja Film Commission)

- ¿En qué ha consistido tu trabajo como artista conceptual del corto?

Pues han sido diversas funciones. Lo primero, visualizar personajes; después, realizar el concept art; y, finalmente, alguna labor gráfica extra como recrear/restaurar viñetas de cómics clásicos de Bruguera para una escena que finalmente será descartada. Tengo una carpeta con más de 60 hojas llenas de dibujos del proyecto. De todo lo que he enumerado, la parte del león se la ha llevado el concept art y, de hecho, en los títulos de crédito figuraré finalmente como artista conceptual. Son 57 dibujos que definen el grueso del cortometraje y parte de lo que sería su continuación, bien en largometraje o en otro cortometraje.

La verdad es que ha resultado un híbrido entre el arte conceptual y el storyboard: demasiados dibujos para arte conceptual pero no los suficientes para un storyboard; algunos poco acabados para concept pero todos mucho más acabados de lo que corresponde a un storyboard cinematográfico. Otra característica en la que difiere del arte conceptual clásico es que están completamente realizados en lápiz y en blanco y negro, lo que casa muy bien con la atmosfera de este film, rodado también en B/N. Ciertos dibujos tienen alguna nota de color, y esperemos que así aparezcan en las escenas correspondientes de la película, una vez acabados el etalonaje y la posproducción.

He de decir que trabajar con César me resulta muy fácil puesto que yo conozco perfectamente su mundo y él mis características y puntos fuertes. Tiene muy claras sus ideas visuales y, muchas veces, yo me limito a visualizar en el papel lo que él tiene en la cabeza. 

Las ilustraciones de Mariano son un cruce entre concept art y storyboard

Alegrías riojanas es un corto de ficción que combina muchos géneros. ¿Cómo lograste plasmarlos todos en tu trabajo?

Bueno, es difícil definir el género del film. Reúne tropos de la fantasía, de la ciencia ficción, del noir incluso… pero está integrado en un todo por encima de estos géneros, y quizá tiene más que ver con el "surrealismo" de Buñuel o Lynch (y lo digo así para que nos entendamos). Seguramente César no lo definiría así, su gran referente es Robert Bresson. De todos modos, os avanzo que, si más adelante se consigue rodar la continuación, predominaría la ciencia ficción retro e incluso se añadirían pinceladas de terror. Tengo ya acabados algunos dibujos.

Ciertamente, esta variedad de tonos requiere versatilidad, siempre dentro del enfoque realista del dibujo, ya que es algo que luego se va a fotografiar. A la hora de realizar el trabajo con éxito ha ayudado mucho la conexión que tengo con César de intereses diversos pero compartidos, y siempre es una motivación extra dibujar cosas que te resultan interesantes y divertidas de plasmar. Compartimos muchos referentes cinematográficos y literarios y bebemos de los mismos cómics. Eso me ayuda a compartir su entusiasmo por el ambiente fílmico que está desarrollando en todos sus matices. También ayudan, cómo no, todos los referentes gráficos que César aporta. Él es tan diseñador de producción como yo, aunque luego yo sea el manitas que lo plasma. Y también contribuye el hecho de que, aunque se mezclen géneros, la atmosfera y el claroscuro de la película tienen una cierta unidad.

Uno de los parajes dibujados por nuestro profesor

El corto se ha rodado casi en su totalidad en diversos lugares de La Rioja. ¿Tuviste en cuenta la localización a la hora de elaborar el concept art, el storyboard, etc.? ¿De qué manera?

Totalmente. El cine de Velasco Broca está muy vinculado a las localizaciones, muchas veces son estas las que le facilitan la inspiración para generar historias que se desarrollen en ellas. Por tanto, César ya tenía decididas y fotografiadas la mayor parte de localizaciones. En muchos dibujos uso como referencia dichas fotografías para dibujar el entorno, mientras que los personajes los dibujo completamente de memoria. Esto me ha facilitado en gran medida el poder realizar un trabajo más preciso.

Cuando César no tenía la localización decidida, sobre todo en los interiores, buscaba fotos que me diesen una idea aproximada de cómo le gustaría que fuese el lugar. El director marca mucho cómo quiere el resultado visual, pero con el grado de compenetración que tenemos, esto no resulta ningún inconveniente, sino una ventaja para mí.

Dentro de un proyecto audiovisual como este, ¿el diseño de producción evoluciona a medida que avanza el rodaje o es algo inalterable?

Evoluciona, evoluciona. Muchas partes están quedando muy fieles a mis dibujos, pero siempre se producen cambios. Hay que tener en cuenta por una parte que yo hice toda la labor gráfica justo después de la escritura del guion, y antes de que entrasen diseño de vestuario o dirección artística, que siempre aportan cosas. Y, por otra parte, hemos trabajado con un presupuesto ridículo, unos 45.000 euros para un mediometraje que durará entre 30 y 40 minutos y contiene algún efecto especial y varias criaturas y extraterrestres que no son baratos de hacer en físico. Esto determina que a veces se tengan que cambiar cosas para no salirnos de presupuesto.

Con respecto a la visualización de personajes, varios de los actores definitivos no son los que dibujé, hubo que cambiar el diseño de un "alienígena" porque el diseño original era prohibitivo y el vestuario también ha cambiado. Pero en lo que se refiere al concept art, he de reconocer que ha quedado muy fiel a mis dibujos, sobre todo en exteriores. Aun así, algunos diseños de interiores se han cambiado, en varias secuencias la posición de cámara es diferente y hay alguna escena que se ha suprimido y otras que se han añadido. Esto último muchas veces lo va decidiendo el director durante el rodaje o en el montaje. Para él, los proyectos son algo vivo y en continua transformación y, aunque tenga una guía precisa, nunca es cerrada y siempre está abierto a cambios.

El diseño del alienígena ha sido uno de los retos del proyecto

Explícanos cómo ha sido en esta ocasión la relación entre Velasco Broca y tú a la hora de dar vida a la historia y a sus personajes.

Siempre me da a leer el guion primero y luego nos reunimos para buscar referencias gráficas y hacer los primeros bocetos. Con respecto a los personajes, al ser un proyecto tan heterogéneo su procedencia es de lo más diversa. El diablo ya había aparecido en Nuevo Altar, su anterior cortometraje; el alien originalmente era un diseño que hice para el proyecto descartado Noches transarmónicas; a los soldados medievales les pusimos originalmente uniformes extraídos de El Cid de Anthony Mann (aunque finalmente sus uniformes salieron de una asociación riojana que coleccionaba parafernalia medieval y renacentista); para el eremita la referencia fue Simón del desierto de Buñuel, o uno de los personajes contemporáneos era un imitador de Camilo Sesto que vive en Logroño (y al que, lástima, el director no pudo convencer finalmente para que formara parte del casting). Es decir, para los dibujos partimos de unos referentes muy marcados que luego fueron evolucionando. Con respecto a las escenas de la historia, mientras César me las explica siempre hago primero con él unos croquis con la composición y, luego en casa, a partir de esos croquis y de las referencias gráficas que vamos eligiendo para cada secuencia, las dibujo ya de forma detallada. 

Trabajé dos tandas de dibujos: cuando arrancó el proyecto en septiembre de 2018 hice la visualización de personajes y el grueso del concept art del cortometraje. Y un año después, en octubre de 2019, algún concept y personaje más del cortometraje y unos cuantos dibujos que ampliaban la historia para intentar convertirla en largometraje. Finalmente se consiguió financiación para el cortometraje pero no para el largometraje y, tras medio año de retrasos por el COVID, se rodó en septiembre de 2020 y primavera de 2021. Para mediados de septiembre estará finalizada una primera versión de casi 30 minutos. Veremos si es la versión definitiva o se amplía con alguna escena más. Creo que es a partir de los 30 minutos que se considera mediometraje, así que está en la frontera entre los dos formatos.

El director César Velasco Broca durante su visita a Cannes

- El Festival de Cannes os ha concedido el Focus WiP. ¿Qué supone para el equipo del corto este respaldo en un rodaje condicionado por las restricciones de la pandemia?

Pues es una ventana de oportunidad y de visibilidad para el proyecto. Cuando se presentó en Cannes, mediante un tráiler y un dosier que incluía todos mis dibujos, fue el proyecto que más gustó y así nos lo premiaron. Todavía no se ha materializado en lo económico, pero confiamos en que así sea. Porque, como bien apuntas, las restricciones de la pandemia dificultaron el rodaje y contribuyeron a que se acabara el presupuesto a falta de rodar algunas escenas, que si las podemos añadir optimizarán el resultado. Ahora el objetivo es que, una vez acabado el film, se pueda estrenar también en Cannes (no es tan sencillo, ninguno de los cinco Focus WiP anteriores se ha estrenado allí) y que el interés suscitado contribuya a facilitar la financiación de los futuros proyectos de César Velasco Broca.

- Y, ya para acabar, nos centramos exclusivamente en ti. Explícanos qué significado das a las bellas artes y cómo definen tu visión del mundo.

Bueno, ¡menudo salto acabas de pegar! Es una pregunta que respondería de manera diferente dependiendo del momento de mi vida. No es lo mismo cuando acabé la carrera y (sobre)viví unos años de la pintura, principalmente a base de premios y becas, que ahora que me dedico a la enseñanza a jornada completa y hace años que tengo la obra pictórica parada, aunque no paro de dibujar. Me da la sensación de que cuando has practicado una disciplina artística y has intentado desarrollar (con mayor o menor éxito) una obra con un estilo nuevo y diferente, valoras no solo lo pragmático y utilitario, sino también lo artístico, lo bello, y desarrollas no únicamente lo técnico y estético, sino también el pensamiento lateral y cierta intuición creativa.

Aunque quizá no es así, algo que noto en las nuevas generaciones es que tienen un talento innato para lo estético pero les cuesta más lo creativo, entender y jugar con los conceptos que vertebran la estética y cuya compresión es necesaria para hacerla evolucionar. O puede ser simplemente que las nuevas herramientas tecnológicas y una educación cada vez más visual acentúen esa dicotomía que siempre ha estado ahí.

Autorretrato de Mariano Espinosa

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